Tengo un zapatero que ocupa muy poco espacio y en el que caben un montón de zapatos. Me lo compre hace unos 15 años y en su día me costo 100€. Era el color exacto a los muebles de mi habitación (la de casa de mis padres) y ha sobrevivido todos estos años y a una mudanza, por lo que vale el dinero que me costó.

En mi casa, lo tenia relegado a una habitación que no usamos mucho porque no «pegaba» con el estilo y color del resto de muebles, pero eso se ha terminado. Como es de melamina parecía complicado pintarlo y que tuviera un acabado óptimo. Así que he decidido vinilar la parte exterior y lacar la interior.

Además me ha servido para ordenar zapatos y hacer limpieza, donando los que ya no me pongo o tirando los viejos.

Los materiales que he utilizado son los siguientes:

• Preparación multiusos (que me sobró de cuando pinte las lamas de aluminio del falso techo del baño pequeño) ideal para superficies de poca adherencia como la melamina.
• Esmalte al agua de color blanco (que me sobró de cuando laqué el marco de la puerta del salón). Le he dado dos manos, aunque si hubiera sido la parte vista, le hubiera dado más.
• Pintura en color plata (que me sobró de cuando pinte las lámparas turcas y he utilizado en diversas ocasiones) para pintar unos ribetes que hagan juego con la cómoda del recibidor, que es donde va a ir colocado el zapatero.
• Pincel para los rincones y rodillo pequeño para superficies lisas.
• Bandeja. He descubierto que en Leroy Merlin venden un pack de 4 de plástico que no te dará pena tirar cuando termines el trabajo.
• Periódicos, espátula, tijeras, cinta de carpintero…

Para llegar bien a todos los sitios, he desmontado el mueble: por una lado la estructura y por otro las bandejas de los zapatos. Así también he podido vinilar mas cómodamente las puertas, ya que lo he hecho sobre una mesa.

Para colocar un vinilo hay que pulverizar previamente con agua la superficie donde irá colocado el vinilo. Así se puede despegar más fácilmente si te equivocas o se te pega solo cuando lo estás colocando.

Existen espátulas especiales para quitar las burbujas del vinilo, aunque yo he utilizado una normal, eso sí, con mucho cuidado para no estropearlo. Si alguna burbuja se te resiste, puedes pincharla con un alfiler.

Para que los zapatos no ensucien el blanco impoluto, he colocado papel que me sobró de cuando empapelé el recibidor. Así lo podré sustituir cuando esté sucio.

Este ha sido el resultado:

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Cosas que no te dicen y te ocurren cuando haces el trabajo por primera vez…

• Aunque parezca que el vinilo lo tapa todo, no es cierto, y menos cuando es blanco. La superficie a cubrir ha de estar uniforme, del mismo tono. A mí me ha pasado que en los laterales del mueble no lo tuve en cuenta y se notan las pinceladas de las esquinas.
• Hablando de pintura…puse las piezas sobre periódicos y, al secarse, se quedó pegado el periódico a las piezas y en muchos casos tuve que utilizar una espátula que levantó en algunas zonas la pintura. Recomiendo poner las piezas sobre caballetes.
• Si utilizas pintura metalizada como es mi caso, las imperfecciones de la superficie donde pintas, se notan más todavía ya que la capa es muy fina. Aunque este defecto es bueno porque simula pan de plata 🙂
• Cuando estas colocando un vinilo y te encuentras con una esquina, surge la duda de si recortar con un cútex a ras de la esquina o con las tijeras dejando 1 cm mas o menos. Recomiendo esta última opción para que del roce no se levante. Aunque a lo mejor el vinilo no se pega bien y puedes ponerle un poco de superglú para que quede perfecto.
• Si en una superficie has tenido que solapar dos piezas, puedes disimularlo poniendo un vinilo encima de alguna forma geométrica u orgánica. Así además decoraras el mueble. En Ikea tienes varios y en internet, multitud.

Así, ahora tengo el zapatero en el recibidor, que es donde debe estar 🙂